Lorena Nessi *
"Lo más interesante de cualquier transformación tecnológica no es lo que los ingenieros dicen que va a pasar, sino lo que la gente hace con ella”. Manuel Castells respondió así a los lectores de BBC Mundo en una entrevista en la que detalló el presente, pasado y futuro de la última revolución contemporánea que se ha dispersado en el planeta: la revolución digital.
Castells ha sido comparado con Carlos Marx y Adam Smith por sus innovadoras ideas y, según indica el Social Sciences Citation Index, es el autor más citado en estudios sobre comunicación. El profesor divide su vida entre su natal España y Estados Unidos, principalmente, pero se ha desempeñado en 300 instituciones académicas en 45 países y ha publicado 24 libros. Entre éstos destacan la monumental trilogía "La Era de la Información", traducida en 22 idiomas, y que ha sido motivo de tantas críticas como aclamaciones y su último libro, "Comunicación y Poder", recientemente publicado y traducido al español.
A lo largo de esta entrevista, Castells detalló el impacto de las nuevas tecnologías digitales en las diferentes esferas de la vida humana y recorre el pasado, presente y futuro de la revolución digital.
Nacimiento de una revolución digital
Muchos de nuestros lectores se preguntan ¿de qué trata la revolución digital?
La información y el conocimiento han sido los elementos centrales de todas las sociedades históricamente conocidas.
Lo que caracteriza esta nueva era es que disponemos de un sistema tecnológico que revoluciona las formas de procesamiento de información y comunicación y transforma la forma en que vivimos y nos comunicamos entre nosotros.
La revolución digital está basada en la convergencia de transformaciones profundas en la microelectrónica y en las telecomunicaciones. Por lo tanto, afecta los programas informáticos y los sistemas de computadoras que manejan el sistema.
La revolución digital comenzó en los años 70 y actualmente no podemos concebir el mundo de hoy sin las nuevas tecnologías que se han difundido a partir de entonces y que han continuado desarrollándose a una velocidad cada vez mayor y con efectos extraordinarios.
Sin embargo fue en los 90 cuando una serie de descubrimientos tecnológicos como la World Wide Web, la desregulación y la privatización de internet permitieron un acceso a miles de millones de personas.
Para dar una idea, en 1996 había unos 40 millones de usuarios de internet y actualmente hay 1.500 millones.
¿Podemos hablar de una revolución digital si tomamos en cuenta la brecha de acceso a las nuevas tecnologías que todavía existe en muchos países? cuestionan varios lectores de BBC Mundo.
En un inicio internet se propagó principalmente en los países en vías de desarrollo. Pero las líneas terrestres de telefonía por las que circulaba internet ya no se expanden en el mundo desde 2002, gracias a la explosión de la comunicación inalámbrica o móvil, la tecnología de comunicación más extraordinaria de la historia en términos de difusión y que constituye realmente un sistema mundial de comunicaciones.
En 1991 había cerca de 16 millones de abonados, o números de teléfono móvil. En este momento hay 4.600 millones en un planeta de 6.700 millones de personas. El año que viene habrá cientos de millones más.
En la práctica, dos tercios de la humanidad, contando los países pobres, están ya conectados. Esto quiere decir que la brecha digital se está cerrando.
En algunos países ricos, la gente tiene 3 o 4 números de teléfonos móvil, pero también ocurre que en los países pobres, una aldea tiene un número de móvil para toda la aldea, que una familia tiene máximo un número de móvil y que los bebés, hasta los cinco años no tienen un móvil propio.
Contando todos estos factores, la brecha digital todavía existe en términos de acceso, pero es muy relativa y está desapareciendo rápidamente.
Las principales transformaciones que las nuevas tecnologías de la información han causado en la vida diaria es uno de los aspectos que más les llama la atención a nuestros lectores.
Lo más interesante de cualquier transformación tecnológica no es lo que los ingenieros dicen que va a pasar, sino lo que la gente hace con ella. Somos nosotros los que estamos cambiando, no las tecnologías las que nos hacen cambiar.
Lo que sucede es que hay ciertas tecnologías que nos permiten hacer cosas que nos interesan. Por ejemplo, la mayor parte de las llamadas de teléfono móvil son desde el trabajo, la casa o la escuela. A veces se trata simplemente de la persona que está enfrente de nosotros en el aula del colegio.
Lo que realmente es importante de la comunicación móvil no es tanto la movilidad, sino la conectividad permanente, estés donde estés, se haga donde se haga. Esto nos permite estar constantemente relacionados con los amigos, la familia y el trabajo. Por ejemplo, permite que los niños sean bastante autónomos y que sin embargo estén conectados con su familia, con sus padres, todo el tiempo, lo cual libera de preocupación y de un peso considerable. Permite lo que llamo “la autonomía con seguridad”.
Permite además que en familias tan complejas como las de hoy día, en que las mujeres, además de trabajar, trabajar en casa, manejar la familia y los problemas de cada uno de sus miembros, puedan manejar un conjunto de individuos autónomos que van cada uno por su lado, pero que al mismo tiempo están ligados.
La comunicación móvil permite la multitarea, hacer varias cosas al mismo tiempo y que no haya tiempos vacíos.
Ya se verá o no si esto es bueno para la vida, pero ciertamente permite que la gente haga muchas cosas más.
Revolución digital: el presente
Una de las preguntas que se volvió una constante fue: ¿cuáles son los aportes de las redes sociales y de la interconectividad para la sociedad?
Internet es una red de redes sociales. Las primeras aplicaciones en masa que se desarrollaron en internet a cuando empezó el correo electrónico, fueron dos listas que se hicieron muy populares entre científicos y estudiantes. La primera era sobre escritos, programas y autores de ciencia ficción. La segunda sobre los usos posibles de la marihuana. Las redes sociales sirven para todo, desde la movilización política, al intercambio de ideas y de culturas.
Estas redes expresan el potencial extraordinario de comunicación y de sociabilidad que existe en nuestro mundo y que era muy difícil de practicar cuando todos vivían en bloques de tiempo y espacio en los que apenas era posible comunicarse.
Al igual que internet, las redes sociales han sido una explosión de creatividad, sociabilidad y capacidad de estar los unos con los otros y a veces los unos contra los otros, pero ahí estamos.
¿En qué medida es determinante para los candidatos electorales tener presencia en internet?
Pregúnteselo a Obama. Yo hice un estudio a fondo sobre su campaña que demuestra que Obama pudo ganar contra el establishment político americano, con base en el uso inteligente de internet.
Obama es un adicto a la blackberry. Él y quienes trabajaron con él en su campaña crecieron y han vivido con internet. Por lo tanto, es un medio natural para ellos. Además, sus principales seguidores eran jóvenes. Esto hizo que pudiera construir una red social de interacción, movilización, información y transparencia política.
Incluso fue a través de internet que consiguió las mayores donaciones en la historia de EE.UU. Simplemente, en lugar de pedir dinero a los lobbies financieros cuyas donaciones rechazó, lo pidió a la gente. Así, Obama alcanzó 3 millones y medio de donantes a US$200 cada uno, de los cuales 62% hicieron sus donaciones por internet.
Desde la campaña de Obama todos los políticos quieren lanzarse a la política a través de internet. Pero hay un pequeño problema para ello, internet no se puede controlar.
A muchos gobiernos no les gusta el internet libre, porque hasta a hora, los gobiernos controlaban la sociedad. Lo que ocurre es que internet nos enfrenta a nuestra propia responsabilidad de defender valores democráticos utilizando la extraordinaria capacidad tecnológica que tenemos a disposición.
Si haces campaña por este medio es porque confías en los ciudadanos y les dejas la iniciativa. Como político, internet se puede volver contra ti.
¿Qué pasa en países como China en donde se controla el acceso a internet? se preguntaron varios lectores.
El problema de China es que la gente apoya al gobierno, no están en su contra. Hay una muy pequeña minoría, sobre todo de estudiantes, que participa políticamente en contra del gobierno chino.
Por lo demás, el gobierno chino no se fía de internet políticamente, pero en cambio le parece excelente como instrumento de negocios y de entretenimiento. Mientras la gente organice su vida sin meterse con la política, a China le va bien internet.
Los gobiernos odian internet cuando a través de este medio se produce un movimiento en su contra, como por ejemplo en Irán, Birmania o en algún momento, en España. Mientras la gente utilice internet para llevar su vida fuera de los sistemas de poder, los gobiernos no tienen problema y, mientras más entretenidos estén, mejor.
Algunos de los lectores de BBC Mundo se preguntan si internet y el acceso a la banda ancha pueden considerarse un derecho básico.
Absolutamente. Por ejemplo Finlandia acaba de declarar que el acceso a internet de banda ancha es un derecho básico del ciudadano y que es responsabilidad del gobierno que se pueda tener acceso en condiciones en las que la gente pueda realmente pagarlo y sin que exista control de contenidos.
Otros caso reciente es el del gobierno australiano, que ha decidido crear una empresa pública para desarrollar telecomunicaciones de banda ancha y proveer servicios de internet para asegurar que el gobierno se comprometa a cubrir todos aquellos servicios y zonas del país que no estén cubiertos por las empresas privadas.
Siddharta Camargo, de México, quiere saber si se justifican las políticas públicas y los gastos masivos de los gobiernos en las tecnologías de la información.
Lo más importante en la vida de la gente es la comunicación. Hay cantidad de encuestas que así lo demuestran.
También está demostrado que la capacidad de procesar eficientemente la comunicación es un elemento decisivo en el crecimiento económico y en el desarrollo de las sociedades y esto depende de la infraestructura de las telecomunicaciones.
La banda ancha permite distribuir toda la información de servicios públicos, desarrollar la educación y los servicios de salud a distancia; incentivar la participación del ciudadano en el control de la administración; y por cierto, bajar música y videos de internet que son fundamentales en la cultura actual.
Por lo tanto, es mentira que la inversión en telecomunicaciones sea una inversión mal realizada. Es la inversión más fundamental que se puede hacer actualmente, de la misma manera que la inversión en ferrocarriles, o en medios de transporte fue clave en la sociedad industrial.
El futuro: ¿oscuridad o luz?
Uno de nuestros lectores le preguntó si internet podría colapsarse.
La teoría del colapso de internet no tiene sentido. La capacidad del procesamiento de información no solamente sigue, sino que está por delante de la capacidad de generación de información.
El gran problema es el espacio que se ocupa en los sistemas informáticos por el almacenamiento de información. Lo importante es cómo podemos comprimir mucho más en mega servidores la enorme cantidad de información que se va generando.
Sin embargo, hay un desarrollo extraordinario de nuevos materiales y procesamientos en los chips de almacenamiento, que es lo que constituye la llamada “nube” a través de la cual la gente se conecta en todo el mundo y obtiene la información.
A Raúl Rodon, de Panamá, le gustaría saber si usted cree que la gran cantidad de información inútil disponible a través de internet nos llevará a un nuevo oscurantismo.
No hay exceso de información. Si voy a una biblioteca que tiene 12 millones de volúmenes, tengo mejores posibilidades de encontrar lo que busco a que si tiene un millón de volúmenes. Lo que me hace falta es tener la capacidad de saber qué busco, cómo encontrarlo y saber qué hacer con ello.
Lo que pasa es que internet exige un desarrollo mucho mayor del nivel cultural y educativo de los usuarios. Por tanto, la verdadera brecha en relación al uso de internet es la brecha más antigua de la humanidad: la cultura y la educación. Aquéllos más educados en la era de internet aumentan su capacidad de acción sobre la sociedad y sobre sí mismos. Aquéllos con poca educación se dedican a hacer estupideces con internet y pierden mucho más con respecto al conjunto de la sociedad.
Un tema que preocupa a los lectores sobre el futuro de internet es cómo podemos utilizar esta herramienta para mejorar nuestras condiciones de vida.
El desarrollo más importante que se tiene todavía por hacer en internet es en los servicios públicos, en la educación, en la salud, en una más efectiva y transparente administración pública, en la difusión de la cultura y en la capacidad de la creación de la cultura por las personas.
Todos estos usos de internet son subdesarrollados porque se han maximizado los efectos comerciales y por la utilización individual en las redes sociales.
Los servicios públicos no se han desarrollado en la misma medida, porque internet aumenta el grado de transparencia y participación y las burocracias administrativas bloquean este desarrollo.
Internet ofrece extraordinarias perspectivas para que los ciudadanos con su auto organización, acción y la construcción de su autonomía política e ideológica sean capaces de influir en medios de comunicación (como ustedes, la BBC), en las instituciones, en los votos políticos, en lo que piensan y hacen los ciudadanos respecto a sus gobiernos y en cambiar las políticas de las que depende una sociedad más justa.
Pero solo en la medida en que nos dejan expresarnos a nosotros mismos las tecnologías de la información son útiles.
Internet no es una televisión, no es un sistema vertical, sino es un sistema abierto y quien tenga miedo de los sistemas abiertos y de la participación de la gente, tiene que tener miedo de internet.
¿Cuál es el lado oscuro de internet?
Existen muchísimos lados oscuros. El principal somos nosotros mismos.
Internet no es mejor que la sociedad que lo utiliza, al contrario, internet amplifica y acelera los efectos de la sociedad en que se desarrolla. Entonces, si hay (y siempre ha habido), pornografía infantil y explotación de mujeres y niños, internet, lo aumenta. Si hay discursos y organizaciones sexistas, racistas o nazis, internet, les da plataforma. Por tanto, todo aquello que es un lado oscuro de la propia humanidad, se exacerba con internet. Pero también aumenta la capacidad que tenemos de intervenir positivamente y de movilizarnos. Aumenta la capacidad de que los ciudadanos se informen los unos a los otros y por ejemplo, aíslen a los pornógrafos.
En el fondo, el internet va a reflejar cada vez más lo que somos.
¿El futuro de internet será más brillante?
El futuro de internet depende de lo que ocurra entre las fuerzas de la oscuridad y las fuerzas de la luz, que es la más vieja batalla de la humanidad.
Pero por lo menos, ahora tenemos una relativa igualdad de condiciones de acceso a la comunicación y a la información. Hasta ahora estábamos unos en las tinieblas y otros en su luz. A partir de ahora estamos todos en la penumbra y ahí vamos a ver quién gana.
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