En sus inicios, la radio respondió a un modelo diseñado y ajustado a las necesidades de progreso social de ese momento. En los albores de la televisión digital en América Latina, y en conocimiento de sus posibilidades técnicas, es importante pensar en ella como herramienta para apalancar el desarrollo de la sociedad tanto o más que como fuente de negocios.
La forma como se desarrolló la radio en América Latina a mediados del siglo pasado correspondió, en muchos de los países de la región, a un modelo diseñado y ajustado a las necesidades de progreso social de ese momento. Cabe destacar el papel que jugó la radio en la integración de las comunidades agrícolas, las campañas de alfabetización de los gobiernos y los programas de asistencia en salud para los sectores necesitados de nuestras sociedades.
Si bien la adopción de la televisión a partir de los años 50 y 60 no correspondió del todo a un modelo dirigido como lo fue la radio, en casi todos los países de nuestra región hubo canales reservados para programación cultural, o para educación no formal, o –en el peor de los casos- para propaganda de los gobiernos de turno.
En ambos casos, el modelo correspondió a una adaptación del medio a las necesidades percibidas del país y nuestras sociedades pudieron crear modelos propios de uso de los medios de comunicación.
Hoy en día, cuando la televisión digital y de alta definición se nos viene encima, son muy pocos los que se han preguntado por el modelo que tendremos en televisión digital. ¿Vale la pena preguntarse por un nuevo modelo o dejamos que este sea una evolución del modelo de televisión existente? ¿Qué implica pensar un nuevo modelo televisión?
Germán Yances enumera en su columna "El televidente digital" una serie de ventajas de la televisión digital (y la televisión del futuro en general) desde el punto de vista del usuario: una mejor calidad de audio y video, posibilidades de interactividad y una mayor capacidad para seleccionar contenidos. “El futuro de la televisión será personal” dice Yances citando a Shani Orgad.
En general, todo lo que sabemos de la televisión digital es por la manera cómo esta está siendo adoptada en los países del primer mundo y algunos pioneros en otras partes del globo –entre ellos México-. Sabemos –porque las investigaciones de las empresas proveedoras nos lo dicen- que el público quiere ver avances noticiosos en el celular y ver la repetición de los goles desde varios ángulos y en alta definición. Pero no sabemos si las nuevas posibilidades de la televisión digital pueden ser adoptadas de una manera diferente, y quizás más creativa, por nuestras audiencias.
La televisión de alta definición, una de las formas que puede adquirir la televisión digital, en principio será excluyente y estará dirigida a las audiencias de mayor poder adquisitivo. Esta es la lógica del mercado y no debe sorprendernos si el modelo se guía por parámetros comerciales. Pero esta lógica no debe ser la única. La televisión digital debe ofrecer aplicaciones creativas para llegar y ser de utilidad a los estratos menos favorecidos de nuestra sociedad.
Si bien la adopción de la televisión a partir de los años 50 y 60 no correspondió del todo a un modelo dirigido como lo fue la radio, en casi todos los países de nuestra región hubo canales reservados para programación cultural, o para educación no formal, o –en el peor de los casos- para propaganda de los gobiernos de turno.
En ambos casos, el modelo correspondió a una adaptación del medio a las necesidades percibidas del país y nuestras sociedades pudieron crear modelos propios de uso de los medios de comunicación.
Hoy en día, cuando la televisión digital y de alta definición se nos viene encima, son muy pocos los que se han preguntado por el modelo que tendremos en televisión digital. ¿Vale la pena preguntarse por un nuevo modelo o dejamos que este sea una evolución del modelo de televisión existente? ¿Qué implica pensar un nuevo modelo televisión?
Germán Yances enumera en su columna "El televidente digital" una serie de ventajas de la televisión digital (y la televisión del futuro en general) desde el punto de vista del usuario: una mejor calidad de audio y video, posibilidades de interactividad y una mayor capacidad para seleccionar contenidos. “El futuro de la televisión será personal” dice Yances citando a Shani Orgad.
En general, todo lo que sabemos de la televisión digital es por la manera cómo esta está siendo adoptada en los países del primer mundo y algunos pioneros en otras partes del globo –entre ellos México-. Sabemos –porque las investigaciones de las empresas proveedoras nos lo dicen- que el público quiere ver avances noticiosos en el celular y ver la repetición de los goles desde varios ángulos y en alta definición. Pero no sabemos si las nuevas posibilidades de la televisión digital pueden ser adoptadas de una manera diferente, y quizás más creativa, por nuestras audiencias.
La televisión de alta definición, una de las formas que puede adquirir la televisión digital, en principio será excluyente y estará dirigida a las audiencias de mayor poder adquisitivo. Esta es la lógica del mercado y no debe sorprendernos si el modelo se guía por parámetros comerciales. Pero esta lógica no debe ser la única. La televisión digital debe ofrecer aplicaciones creativas para llegar y ser de utilidad a los estratos menos favorecidos de nuestra sociedad.
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