sábado, 22 de diciembre de 2012

Televisión Digital Terrestre

En las transmisiones de TDT la imagen, el sonido y los contenidos adicionales se transforman en información digital, la cual es difundida a través de ondas terrenales y recibida a través de las antenas de televisión convencionales previamente adaptadas.
Gracias a la TDT podrá:
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Recibir numerosos canales de televisión: tanto los canales actuales como otros nuevos.
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Disfrutar de la mejor calidad de imagen y sonido.
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Disfrutar de los más avanzados formatos: imagen panorámica(16/9), sonido envolvente digital, subtítulos, múltiples idiomas, etc.
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Acceder a los nuevos servicios y contenidos interactivos.


Calidad digital

La Televisión Analógica actual puede sufrir distintas interferencias que producen, en algunos casos, defectos en la imagen: imágenes dobles, imágenes “con nieve”, etc. Estos efectos son especialmente acusados en lugares con una pobre recepción de señal.

La tecnología Digital no se ve afectada por estas interferencias, de forma que la TDT ofrece imágenes más definidas, limpias y claras, de calidad similar a la proporcionada por un DVD.

Formato panorámico

La TDT permite la transmisión de imágenes en formato panorámico real. Sacar el máximo partido a su televisor, disfrutando de hasta un 30% más de información en pantalla, ya está a su alcance.
 
Calidad de sonido digital

La TDT proporciona calidad de sonido digital equivalente al CD. Pero además posibilita las transmisiones en sonido digital envolvente, utilizando el sistema Dolby Digital. De esta forma podrá disfrutar al máximo de su equipo de “Cine en Casa” cuando vea la televisión.

Subtítulos y Elección de Idioma

Elegir el idioma, activar o desactivar subtítulos... todo lo que está acostumbrado a disfrutar en el DVD, ahora también será posible en los programas de Televisión Digital Terrenal.

Guías Electrónicas de Programación (EPG)

Las Guías Electrónicas de Programación le permitirán saber de forma rápida y sencilla qué programas hay disponibles en cada momento, y cuáles hay a continuación. En muchos casos podrá obtener información adicional sobre esos programas, buscar sus programas favoritos por géneros, etc. 
¡Disfrutar de la Televisión nunca ha sido tan fácil!


¿Qué tipo de instalación de antena se necesita?

La Televisión Digital Terrenal se recibe a través de tu antena de televisión convencional, individual o colectiva. Es decir, no hace falta instalar una antena distinta, pero si ha de adaptar esa antena a los requisitos técnicos de la TDT.

Estructura de una Antena Colectiva de Televisión

Adaptación mínima a realizar en una Antena Colectiva

Se deberá incorporar como mínimo un módulo por cada múltiplex de TDT (equivalente a un máximo de 4 programas televisivos), para recibir la señal digital en las tomas.



Recepción colectiva de TV del edificio (Antenas)

En cuanto a la instalación para captar, adaptar y distribuir señales de TV (Antena Colectiva) son dos los supuestos que se pueden encontrar:

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Edificios de nueva construcción
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Edificios habitados, sin ICT

Edificios de nueva construcción
Los edificios de nueva construcción deben contar con una Infraestructura Común de Telecomunicaciones (ICT).
La ICT estará proyectada por un Ingeniero de Telecomunicación o por un Ingeniero Técnico de Telecomunicación, e instalada por una empresa instaladora inscrita en el Registro de Empresas Instaladoras de Telecomunicaciones del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
La ICT así realizada, y en su apartado de TV, estará preparada, al menos, para captar (antena), adaptar (cabecera) y distribuir (cableado) a todas las viviendas la señal de TV DIGITAL TERRENAL, y distribuir la señal de TV DIGITAL por SATÉLITE. Asimismo dispondrá de las canalizaciones necesarias para la TV por cable.
La Comunidad de Propietarios de un edificio de reciente construcción, contará con los siguientes documentos que acreditan la existencia y prestaciones de su ICT:
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Proyecto visado por el Colegio Profesional Correspondiente.
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Boletín expedido por la empresa instaladora responsable de la ejecución de la instalación.
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Certificación emitida por el Ingeniero Director de Obra, al menos, en el caso de edificios con más de 20 viviendas.
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Protocolo de pruebas con las mediciones de las instalaciones.

Edificios habitados, sin ICT

En general, los edificios construidos con antelación, necesitan adaptar sus instalaciones para recibir TV Digital, ya que sus antenas colectivas se diseñaron únicamente para la recepción de TV Analógica.

Para adaptar los sistemas de Antenas Colectivas debe contactar con una empresa instaladora de Telecomunicaciones inscrita en el Registro de Instaladores de Telecomunicaciones y especialista en instalaciones de TV Digital, de forma que profesionales cualificados puedan realizar las actuaciones que la instalación del edificio precise. Es aconsejable contemplar el mantenimiento de la instalación.

Los trabajos a realizar dependerán de cada instalación concreta, y en cualquier caso, deberán adaptarse a las especificaciones técnicas recogidas en la legislación en materia de ICT.

Exija a la empresa instaladora el Boletín de Instalación y su correspondiente Protocolo de Pruebas, como garantía de la Instalación.

La adaptación de las Instalaciones de Antena Colectiva para la TV Digital, y en particular para TV Digital Terrenal, además permitirá que en el periodo de coexistencia con la TV Analógica mejore la recepción en ambas tecnologías, asegurando así una recepción adecuada de los dos tipos de TV Terrenal.

No debe olvidar que la TV Digital es una tecnología de sustitución y que las actuales emisiones analógicas terrenales desaparecerán.
¿Qué equipos necesito en mi casa?

Para acceder a la señal de TDT se necesita un receptor adecuado. Éste puede ser de dos tipos:
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Receptor externo o Set-Top Box (STB), el cual se conecta a tu televisor analógico convencional.
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Televisor Digital Integrado, que incorpora el receptor digital dentro del chasis del televisor y permite, por tanto, recibir la TDT además de la TV analógica convencional.

Los receptores de TDT están disponibles en los establecimientos comerciales de Electrónica de Consumo (grandes almacenes, hipermercados, tiendas de electrodomésticos, etc) y también son comercializados por las empresas instaladoras de telecomunicaciones especializadas en Tv Digital.

Hay receptores, ya sean STB o TV Digitales Integrados, que soportan servicios interactivos, y otros que no lo hacen. Los primeros utilizan para ello la tecnología MHP (Multimedia Home Platform o Plataforma Multimedia del Hogar).


Conexión de los STB

Los STB para TDT se conectan al televisor analógico normalmente a través de un cable Euroconector, aunque pueden hacerlo también a través de una conexión de antena convencional. Asimismo, podrás conectar también el STB (si tiene salida analógica) a tu vídeo actual, lo cual te permitirá grabar los programas digitales.

Algunos modelos disponen de salida de audio digital que permite conectarlos con un sistema de Home Cinema y disfrutar así de la calidad de sonido multicanal Dolby Digital.
Los TV Digitales Integrados
El Televisor Digital Integrado permite recibir señales de TV analógica y señales de Televisión Digital Terrenal sin necesidad de adaptador externo, ya que incorpora el receptor digital dentro del televisor.
Los Televisores Digitales Integrados son normalmente de formato panorámico y soportan reproducción de sonido de alta calidad. Algunos modelos pueden también conectarse a un equipo de Home Cinema y disfrutar así de sonido multicanal Dolby Digital.
También podrá conectar a un Televisor Digital integrado su descodificador de satélite o cable si está abonado a alguno de estos servicios.
Cuadro resumen tipos de receptores TDT


Señal de Entrada MHP Sistema Navegación receptores con MHP Sistema Navegación receptores con MHP Interfaz Común (servicios de pago) Módem
SET-TOP BOX  TV Digital  Opcional  Navegador  Navegador, EPG (1)  Opcional  Opcional
TV DIGITAL INTEGRADO  TV Digital, TV Analógica  Opcional  Navegador  Navegador, EPG (1)  Opcional (2)  Opcional
(1) EPG - Guía Electrónica de programación (Electronic Program Guide)

(2) Los TV Digitales Integrados cuya pantalla supere los 30 cm de diagonal han de incorporar obligatoriamente al menos una ranura PCMCIA de interfaz común (Directiva comunitaria EN50221)

La red social

El modelo que buscan desarrollar a futuro es lo que en Estados Unidos se conoce como 1+7, que implica vender a los auspiciadores la audiencia de un día televisivo, sumada a la que generarán los contenidos durante una semana en video online.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Vamos a ver TV digital?

Baeza, Silvia-Hube, Constanza

La discusión sobre televisión digital terrestre (TVD) en nuestro país no ha estado exenta de polémica. En las últimas sesiones, las comisiones del Senado discutieron sobre el denominado apagón analógico, que consiste en suprimir las emisiones en la banda VHF que hoy utilizamos, para iniciar el uso del espectro UHF, que permite mayor calidad de la señal. El apagón analógico planteaba, sin embargo, el problema de exigir a los actuales canales “cambiarse” de banda, lo que podría ser inconstitucional. Se buscó entonces una nueva solución, pero ésta tampoco parece acertada para el logro del objetivo inicial de esta normativa: ver mejor TV.
Desde el inicio de la tramitación se buscó no sólo trasladar a los canales abiertos dentro del espectro radioeléctrico, sino también modificar las condiciones de su regulación. Este punto ha generado críticas en el sentido de que constituiría una vulneración al derecho de propiedad, al principio de neutralidad tecnológica —cambio de tecnología no importa cambio de regulación— y a la irretroactividad de la ley.
Salomónicamente, el legislador y el Ejecutivo “salvaron” la constitucionalidad del proyecto acordando que los actuales canales abiertos deberán optar entre mantener sus actuales concesiones —que no serían apagadas— o bien “migrar” al nuevo sistema. Esta solución podrá ajustarse a derecho, pero no es realmente apropiada si se considera que el objetivo principal de esta ley es que los chilenos veamos TV de mejor calidad de imagen.
En efecto, lo que trae la nueva ley para los viejos canales no es auspicioso. Pierden el carácter indefinido de su concesión, no tienen opción de renovación automática y se les exige porcentajes de cobertura de 100%. Además, si bien se ha señalado que el “negocio” de la TVD es distinto al de la analógica, lo cierto es que quienes se mantengan en VHF no podrán pedir una concesión en la banda de alta definición, con lo que se estaría vulnerando la libre iniciativa en materia económica garantizada por la Constitución.
Por lo anterior, los incentivos que tendrían los actuales concesionarios para cambiarse a TVD no parecen suficientes (salvo porque podrán transmitir más señales en los mismos 6 MHZ), ya que se establecen obligaciones accesorias, campañas de utilidad pública, etc., altamente costosas, mientras que la posibilidad de realizar nuevos emprendimientos en el remanente del espectro estaría muy restringida.
Siendo realistas, si los actuales canales deciden no migrar, la solución planteada significará una postergación en la posibilidad de ver nuevos contenidos, ya que probablemente los nuevos concesionarios tardarán algún tiempo en salir al aire bajo las condiciones propuestas.
Así las cosas, podría ser que tengamos una elaborada ley de TVD, pero que al prender el televisor no haya literalmente nada que ver…

martes, 3 de abril de 2012

Ley de TV Digital

Advierten sobre intereses privatizadores y pérdida de rol público

Un llamado a las autoridades para prevenir y detener cualquier intento de privatizar la televisión digital realizó la Conadecus. Mientras, movimientos ciudadanos apuntan a la recuperación de una TV educativa y cultural.

Por Paula Correa
La Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus) emplazó a los parlamentarios a evitar que a través del proyecto que está en discusión en la Cámara Alta se establezcan una serie de disposiciones que atentan contra la democratización de la televisión digital, como el eventual cobro de más del 50 por ciento en el pago de la televisión abierta.
Hernán Calderón, presidente de la organización, afirmó que los canales de televisión están haciendo una fuerte campaña para obtener un espectro que, originalmente, fue de propiedad de todos los chilenos.
“El alto lobby que están efectuando los canales abiertos nos preocupa, ya que salvo Televisión Nacional, todos están en manos de conglomerados económicos de alto poder de lobby. Esta ley no se está pensando en los 16 millones de chilenos, sino que se está pensando más en los grupos económicos”, aseguró el dirigente.
Calderón añadió que el proyecto de ley considera que los cable-operadores le pidan el consentimiento a los canales de televisión para poder transmitir sus contenidos, sin embargo, la televisión abierta aún no ha hecho las inversiones suficientes para contar con una cobertura en todo el país, “en muchos lugares la única forma de acceder a ella es a través de televisión satelital, antenas o cable”, afirmó.
El presidente de Conadecus añadió que esto va a significar un cobro, por lo que los cable-operadores podrían sacar de su parrilla todos los contenidos de TV abierta, limitando las opciones a los usuarios.
Por su parte, Jaime Mondría, asesor de la Mesa de Ciudadanía y Televisión Digital, añadió que también hay que poner alerta sobre la decisión de no incluir el uso de la información adicional que pueden aportar los metadatos, así como también al interés de las compañías telefónicas de utilizar el espectro para transmitir señales de telefonía de cuarta generación.
“Estamos perdiendo la televisión pública. Televisión Nacional está obligada a autofinanciarse y no puede cumplir el rol que la ciudadanía espera de una televisión pública. También hemos perdido la televisión universitaria, la vendieron al mejor postor y ya no tenemos canales de televisión universitaria en este país. Lo que nosotros queremos es mayor diversidad y dentro de ello, una cuota cultural y educativa”, agregó el representante cuidadano.
En este sentido, Mondría afirmó que “el proyecto de ley sólo viene a instalar un plan de negocios en el espectro radioeléctrico y no se preocupa de que haya más y mejor televisión”, por lo que llamó a la comunidad a estar atenta a la discusión, que se retomará durante las próximas semanas en la Comisión de Transportes del Senado.

viernes, 23 de marzo de 2012

Medios y fines en la televisión digital en Chile

por Juan Agustín Vargas
El director del Proyecto de TV Digital de Anatel plantea que la nueva tecnología abre perspectivas inimaginables para la industria, pero el acento debe ponerse en otro ámbito: “Hemos ocupado demasiado tiempo en discutir sobre la duración de las concesiones, la televisión de pago o los porcentajes de esto o aquello. Todo muy importante, pero lo único realmente valioso son los contenidos”.

Para la mayoría de las personas, el tema de la televisión digital, abierta y gratuita, está asociada a la posibilidad de tener un mayor número de canales. Imaginan una oferta que supera largamente la actual en cantidad y que está asociada a una mejor calidad técnica en la recepción de la imagen y el sonido.

El público quiere ver televisión con la mejor calidad técnica posible y de la manera como lo ha hecho hasta ahora. A juzgar por la cantidad de aparatos receptores, inteligentes (Smart TV) o no, que se han vendido en los últimos meses, a nadie le preocupa mucho la inversión que esto trae aparejada. La promesa de más y mejor televisión parece demasiado atractiva.

La cuestión de fondo es los contenidos que transportaremos por este medio y cómo se podrían financiar. Aquí los problemas se agudizan y complejizan en forma importante.

Hoy un proyecto que modifica la Ley orgánica del CNTV con más de 500 indicaciones se encuentra en una comisión conjunta del Senado para una discusión que se presume tomará algún tiempo. Pretende resolver en un solo cuerpo legal temas técnicos, administrativos y de regulación.

Pero como todo proyecto debemos revisar su forma y fondo

La forma en que este nuevo avance y su casi incomprensible tecnología, con siglas que poco explican –como TDT , TDH, Simulcast , ISBT– y numerosos artículos de prensa que explican cómo estas señales serán distribuidas en el país es interesante, atractiva, y parece el núcleo del tema.

Pero después de algunos momentos de reflexión, podríamos concluir que para el público, un mayor análisis del mundo de la tecnología es casi innecesario. Si en la solución final se utiliza una red terrestre (TDT) o una transmisión directa del satélite al hogar (DTH), o si el período que deberán convivir los sistemas análogos y digitales (Simulcast) es de 5 o 10 años es prácticamente indistinto: los ingenieros de nuestros canales están perfectamente capacitados para implementar la solución final que se adopte, que a la postre pasará por el monto de la inversión y que, dicho sea de paso, no es menor: equivale a 6 o 7 años de las utilidades de la industria completa que los canales tendrán que asumir con sus propios recursos.

Podríamos imaginar entonces, idealmente y en un plazo más o menos breve, una pantalla llena de canales con posibilidad de conectarse a Internet (el futuro) y con capacidades interactivas. Desde un punto de vista técnico, un éxito total.

Pero superadas las vallas tecnológicas (un desafío oneroso pero abordable), la cuestión de fondo es los contenidos que transportaremos por este medio y cómo se podrían financiar. Aquí los problemas se agudizan y complejizan en forma importante.

Actualmente los canales disponen solo de los recursos que obtienen de la venta de publicidad y destinan más del 50% de sus ingresos a la preparación de sus programas, con el agravante de que el monto total de la inversión publicitaria no ha crecido; se mantiene estable desde hace varios años.

Estamos hablando de una industria influyente pero pequeña, frágil y llena de obligaciones.

Sin nuevas fuentes de recursos, parece poco probable que la industria, en las condiciones actuales, sea capaz de aumentar sus porcentajes de producción sin dañar seriamente la calidad de sus realizaciones u obligándola a extranjerizar su oferta más allá de un equilibrio recomendable.

Actualmente un canal transmite alrededor de 7.000 horas al año. En nuestro país los canales de televisión abierta agrupados en Anatel, emiten alrededor de 50.000 horas anuales. Imaginemos por un momento la llegada de otros siete canales. ¿Seremos capaces de producir o encontrar en el mercado internacional 100.000 horas de relativo buen nivel o caeremos en una vorágine de mediocridad sin sentido?

Imaginemos por un momento la llegada de otros siete canales. ¿Seremos capaces de producir o encontrar en el mercado internacional 100.000 horas de relativo buen nivel o caeremos en una vorágine de mediocridad sin sentido?

Por otra parte no falta quien se pregunta, y quizás con razón, si la oferta actual es la adecuada. Hay evidentemente una homogeneidad: pareciera que la tendencia va en el sentido de una entretención mayoritariamente liviana, en perjuicio de programas de mayor contenido y todo bajo la premisa de que es lo que la gente busca, lo que la satisface y lo que entrega los ratings necesarios para obtener los recursos. Se asemeja más a una espiral perversa que a un círculo virtuoso.

En ocasiones se escucha que este fenómeno es mundial y que en todas partes ocurre lo mismo. Al revisar las ofertas de países desarrollados efectivamente encontramos el mismo tipo de programas, pero son fruto de otras fuentes de financiamiento, en una proporción diferente que permite espacios para conversación, análisis, ciencia, tecnología, economía, política nacional e internacional, medicina y otros. Finalmente es una decisión soberana de cada canal y es el público el encargado de resolver.

Agreguemos a lo anterior que la disposición del espectador –el momento en que podrá acceder a estos contenidos– necesariamente cambiará con las nuevas tecnologías. La TV móvil o los equipos que nos permiten ver a la hora que más nos acomode los programas que nosotros seleccionaremos previamente alterarán nuestros hábitos. El espectador estará empoderado como nunca antes, y dejará de ser un consumidor pasivo para transformarse en uno activo, crítico y dueño de sus tiempos.

La ingeniería nos abrirá espacios y posibilidades hoy inimaginables, pero sin duda los contenidos serán las estrellas de esta nueva revolución que nos trae la tecnología digital. Es el punto medular al que debemos dirigir nuestros esfuerzos. La calidad de los programas, la creatividad y diversidad de la oferta generada a un costo accesible será el verdadero tema de fondo. Sin contenidos aceptables tendremos un mundo vacío y una vez más habremos confundido el medio con el fin.

Después de todo, nuestros parlamentarios y reguladores han tenido razón en dilatar la discusión legislativa. Hemos ocupado demasiado tiempo en discutir sobre la duración de las concesiones, la televisión de pago o los porcentajes de esto o aquello. Todo muy importante, pero lo único realmente valioso son los contenidos.

Para su ejecución los canales requieren estabilidad, reglas claras, diseñar e implementar nuevas fuentes de recursos, neutralidad tecnológica para utilizar los avances que la ingeniería moderna nos entrega y sobre todo la defensa de la propiedad de sus contenidos.


lunes, 30 de enero de 2012

Ley de TV Digital: obsolescencia ad portas

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Eduardo Costoya
Presidente de la Subcomisión de Radiodifusión Comisión de Telecomunicaciones, Colegio de Ingenieros de Chile A.G

Desde que se inició la discusión sobre cómo introducir la TV Digital en nuestro país, el Colegio de Ingenieros de Chile ha tenido una activa participación en ella.

En este momento se discute en el Congreso Nacional el proyecto de ley que regula la TV Digital en Chile.

La discusión ha sido larga -lleva ya varios años- y tediosa, y lo concreto es que mientras muchos países ya cuentan con esta moderna tecnología en Chile solo contamos con una pocas emisiones experimentales, y seguimos enfrascados en un diálogo de sordos. Chile, el país que alguna vez fue uno de líderes en telecomunicaciones, dejó de serlo.

Pero lo más grave es que mientras en el Congreso Nacional persiste la discusión de incontables indicaciones que aparentemente pretenden mejorar el referido proyecto de ley, en el mundo la tecnología de telecomunicaciones continúa su avance arrollador, reduciendo costos, acortando distancias, aumentando capacidades y permitiendo en definitiva que todos -y ya no solo una elite- tengamos acceso a los servicios correspondientes.

En 2008, cuando el Colegio fue invitado a la Comisión de Ciencia y Tecnología la Cámara de Diputados, un parlamentario expresó que estaban haciendo una ley de TV para los próximos cuarenta años. Entonces respondimos que con suerte sería para los próximos veinte. Hace un año nuestra respuesta habría sido que la ley en estudio sería -con más suerte aún- para los próximo diez. Hoy nuestra cifra sería menor: posiblemente de cinco a ocho años, a lo más.

Se ha gastado mucho trabajo, tiempo y recursos para elaborar el proyecto de ley de TV digital que hoy está en el Congreso, pero cabe preguntarse ¿Habrá llegado el momento de abandonarlo, repensar nuevamente todo el problema y desarrollar a continuación una ley muy simple, con la vista en los ineludibles cambios que se avecinan, que sea de fácil y rápida tramitación y que al menos permita que Chile se incorpore pronto al mundo de la TV Digital, antes de que el carro del progreso nos deje atrás?

El problema central de la ley en estudio es que supone que por los próximos cuarenta años la TV Digital seguirá siendo “por aire”, es decir, mediante el uso de transmisores y del espectro radioeléctrico, suponiendo además que lo que hoy se denominan “tecnologías conectadas”, es decir, la TV que se ve a través del cable, de la fibra óptica o del satélite y muy luego Internet, es tan sólo un complemento. La realidad, sin embargo, es que hoy la TV ya no es solo “por aire”, sino que lo es cada vez menos, mientras las tecnologías conectadas ganan exponencialmente el favor del público.

Además, la televisión “por aire” significa el uso del espectro radioeléctrico, que es un recurso limitado y progresivamente escaso, en el cual otras fuerzas de la economía tienen puestos sus ojos, con lo que enfrenta un problema adicional.

En efecto, en los años 50 la TV disponía de 87 canales (en VHF y UHF). En los años 70 se redujeron a 67, y en la actualidad las cifras van de 30 a 51 canales, dependiendo del país. En 2011, la FCC (órgano regulador de las telecomunicaciones de los EE.UU.) ha pedido a los radiodifusores devolver otros 20 canales, o sea 120 MHz, para subastarlos entre otros usuarios del espectro. No hace falta ser un experto para pronosticar la tendencia futura.

Lo anterior se explica porque las tecnologías de telecomunicaciones móviles, que hace unos pocos años eran esencialmente para telefonía, y que hoy abarcan muchas otras prestaciones como acceso a Internet y televisión, requieren anchos de banda cada día mayor. Actualmente la telefonía móvil, que como ya sabemos no es solo “telefonía”, utiliza alrededor de 230 MHz del espectro radioeléctrico. La Unión Internacional de Telecomunicaciones pronostica que para el año 2020 van a hacer falta 1.200 a 1.700 MHz para las tecnologías de telecomunicaciones móviles de Banda Ancha.

Además, ¿qué pasaría en Chile si por una semana no funcionara la TV “por aire”? Según la ultima encuesta del CNTV, las personas que viven en el 63% de los hogares no se darían cuenta, porque tienen TV por cable o por satélite, cifra que en Antofagasta llega hoy al 88% y que en todo el país crece a diario. ¿Pero qué sucedería si la telefonía móvil o Internet no funcionaren por una semana? Simplemente, el país colapsaría. De ahí que las autoridades de todo el mundo no vacilen en recuperar espectro desde la TV para destinarlo a las nuevas tecnologías de telecomunicaciones móviles.

De igual forma, la TV conectada (por cable, fibra óptica, satélite o teléfono celular) ya no es más una mera extensión o “brazo largo” de la TV “por aire”, sino que aquella es crecientemente productora de contenidos, y para el usuario es indiferente cómo llegan esos contenidos a su hogar. La TV a través de Internet -gratuita o de pago- es otra realidad que crece a pasos agigantados; Netflix, por ejemplo, llega a cualquier hogar de Latinoamérica a través de Internet con 20 mil títulos de películas, series, documentales, etc. por el precio mensual de una entrada al cine, o del arriendo de dos películas en un video club. Los televisores SmartTV, con conexión a Internet, ocupan crecientemente volumen en la oferta y en pocos años la totalidad.

La ley en trámite simplemente ignora estas realidades.

En ese escenario surgen muchas preguntas. ¿Qué concesiones requieren los teledifusores del mañana? ¿Tienen sentido en Internet concesiones nacionales, regionales, locales, comunitarias o culturales? ¿TVN tuvo que pedir concesión en Australia o en Europa, para difundir su programación diaria por Internet, que ven los chilenos en todo el mundo? ¿Pidió́ acaso concesión en Chile para difundirlos en el extranjero?

Pero la pregunta que debemos hacernos no es cómo se debería regular esta nueva realidad tecnológica. La pregunta correcta es: ¿Será posible regularla? ¿Vale la pena hacerlo? Skype es otro ejemplo de la industria de las telecomunicaciones que refuerza esta pregunta.

Se ha gastado mucho trabajo, tiempo y recursos para elaborar el proyecto de ley de TV digital que hoy está en el Congreso, pero cabe preguntarse ¿Habrá llegado el momento de abandonarlo, repensar nuevamente todo el problema y desarrollar a continuación una ley muy simple, con la vista en los ineludibles cambios que se avecinan, que sea de fácil y rápida tramitación y que al menos permita que Chile se incorpore pronto al mundo de la TV Digital, antes de que el carro del progreso nos deje atrás? Lo anterior también nos lleva a pensar en enfrentar sin demora el desafío que el acceso de Banda Ancha esté disponible para todos los chilenos, que no es solo TV sino que educación, productividad y conocimiento.

miércoles, 11 de enero de 2012

Compresión de vídeo

Con técnicas de compresión eficaces se puede reducir considerablemente el tamaño del fichero sin que ello afecte muy poco, o en absoluto, la calidad de la imagen. Sin embargo, la calidad del vídeo puede verse afectada si se reduce en exceso el tamaño del fichero aumentando el nivel de compresión de la técnica que se utilice.
Existen diferentes técnicas de compresión, tanto patentadas como estándar. Hoy en día, la mayoría de proveedores de vídeo en red utilizan técnicas de compresión estándar. Los estándares son importantes para asegurar la compatibilidad y la interoperabilidad.
Gracias al desarrollo de estándares, los usuarios finales tienen la opción de escoger entre diferentes proveedores, en lugar de optar a uno solo para su sistema de videovigilancia.
Hay tres estándares de compresión de vídeo distintos: Motion JPEG, MPEG-4 y H.264.
El H.264 es el estándar de compresión de vídeo más actual y eficaz.

Códec de vídeo

En el proceso de compresión se aplica un algoritmo al vídeo original para crear un archivo comprimido y ya listo para ser transmitido o guardado. Para reproducir el archivo comprimido, se aplica el algoritmo inverso y se crea un vídeo que incluye prácticamente el mismo contenido que el vídeo original.
El tiempo que se tarda en comprimir, enviar, descomprimir y mostrar un archivo es lo que se denomina latencia.
Cuanto más avanzado sea el algoritmo de compresión, mayor será la latencia.
El par de algoritmos que funcionan conjuntamente se denomina códec de vídeo (codificador/ decodificador). Los códecs de vídeo de estándares diferentes no suelen ser compatibles entre sí, es decir, el contenido de vídeo comprimido con un estándar no se puede descomprimir con otro estándar diferente.
Por ejemplo, un decodificador MPEG-4 no funcionará con un codificador H.264. Esto ocurre simplemente porque un algoritmo no puede descodificar correctamente los datos de salida del otro algoritmo.

Compresión de imagen vs. compresión de vídeo

Los diferentes estándares de compresión utilizan métodos distintos para reducir los datos y, en consecuencia, los resultados en cuanto a frecuencia de bits y latencia son diferentes.
Existen dos tipos de algoritmos de compresión: compresión de imágenes y compresión de vídeo.
La compresión de imagen utiliza la tecnología de codificación intrafotograma. Los datos se reducen a un fotograma de imagen con el fin de eliminar la información innecesaria que puede ser imperceptible para el ojo humano. Motion JPEG es un ejemplo de este tipo de estándar de compresión. En una secuencia Motion JPEG, las imágenes se codifican o comprimen como imágenes JPEG individuales.
Con el formato Motion JPEG, las tres imágenes de la secuencia se codifican y se envían como imágenes únicas y separadas (fotogramas I), sin que dependan unas de otras
imágenes de la secuencia
Los algoritmos de compresión de vídeo-4 como el MPEG-4 y el H.264 utilizan la predicción interfotograma para reducir los datos de vídeo entre las series de fotogramas.
Ésta consiste en técnicas como la codificación diferencial, en la que un fotograma se compara con un fotograma de referencia y sólo se codifican los píxeles que han cambiado con respecto al fotograma de referencia.
De esta forma, se reduce el número de valores de píxeles codificados y enviados. Cuando se visualiza una secuencia codificada de este modo, las imágenes aparecen como en la secuencia de vídeo original.
Con la codificación diferencial sólo la primera imagen (fotograma I) se codifica en su totalidad. En las dos imágenes siguientes (fotogramas P) existen referencias a la primera imagen en lo que se refiere a elementos estáticos, como la casa. Sólo se codifican las partes en movimiento (el hombre que corre) mediante vectores de movimiento, reduciendo así la cantidad de información que se envía y almacena.
partes en movimiento
Para reducir aún más los datos, se pueden aplicar otras técnicas como la compensación de movimiento basada en bloques. La compensación de movimiento basada en bloques tiene en cuenta que gran parte de un fotograma nuevo está ya incluido en el fotograma anterior, aunque quizás en un lugar diferente del mismo.
Esta técnica divide un fotograma en una serie de macrobloques (bloques de píxeles). Se puede componer o “predecir” un nuevo fotograma bloque a bloque, buscando un bloque que coincida en un fotograma de referencia.
Si se encuentra una coincidencia, el codificador codifica la posición en la que se debe encontrar el bloque coincidente en el fotograma de referencia. La codificación del vector de movimiento, como se denomina, precisa de menos bits que si hubiera de codificarse el contenido real de un bloque.
Ilustración que muestra la compensación de movimiento basada en bloques.
compensación de movimiento
Con la predicción interfotograma, cada fotograma de una secuencia de imágenes se clasifica como un tipo de fotograma concreto, como un fotograma I, P o B.
Un fotograma I, o intrafotograma, es una imagen autónoma que se puede codificar de forma independiente sin hacer referencia a otras imágenes. La primera imagen de una secuencia de vídeo es siempre un fotograma I. Los fotogramas I sirven como puntos de inicio en nuevas visualizaciones o como puntos de resincronización si la transmisión de bits resulta dañada. Los fotogramas I se pueden utilizar para implementar funciones de avance o retroceso rápido o de acceso aleatorio. Un codificador insertará automáticamente fotogramas I a intervalos regulares o a petición de nuevos clientes que puedan incorporarse a la visualización de una transmisión. La desventaja de este tipo de fotogramas es que consumen muchos más bits, pero por otro lado no generan demasiados defectos provocados por los datos que faltan.
Un fotograma P (de interfotograma Predictivo), hace referencia a partes de fotogramas I o P anteriores para codificar el fotograma. Los fotogramas P suelen requerir menos bits que los fotogramas I, pero con la desventaja de ser muy sensibles a la transmisión de errores, debido a la compleja dependencia con fotogramas P o I anteriores.
Un fotograma B, o interfotograma Bipredictivo, es un fotograma que hace referencia tanto a fotogramas anteriores como posteriores. El uso de fotogramas B aumenta la latencia.
Secuencia típica con fotogramas I, B y P. Un fotograma P sólo puede hacer referencia a fotogramas I o P anteriores, mientras que un fotograma B puede hacerlo a fotogramas I o P tanto anteriores como posteriores.
Cuando un decodificador de vídeo restaura un vídeo descodificando la transmisión de bits fotograma a fotograma, la descodificación debe comenzar siempre por un fotograma I. Los fotogramas P y B, en caso de usarse, deben descodificarse junto a los fotogramas de referencia.
El H.264, por ejemplo, admite técnicas avanzadas como los esquemas de predicción para codificar fotogramas I, la compensación de movimiento mejorada con una precisión inferior a un píxel y el filtro de eliminación de bloques en bucle para suavizar los bordes de los bloques (defectos).

Formatos de compresión

Motion JPEG
Motion JPEG o M-JPEG es una secuencia de vídeo digital compuesta por una serie de imágenes JPEG individuales. (JPEG son las siglas de Joint Photographic Experts Group - Grupo de Expertos Fotográficos Unidos) Cuando se visualizan 16 o más imágenes por segundo, el ojo humano lo percibe como un vídeo en movimiento. Un vídeo en completo movimiento se percibe a 30 (NTSC) ó 25 (PAL) imágenes por segundo.
Una de las ventajas de Motion JPEG es que cada imagen de una secuencia de vídeo puede conservar la misma calidad garantizada que se determina mediante el nivel de compresión elegido para la cámara de red o codificador de vídeo. Cuanto más alto es el nivel de compresión, menor es el tamaño del archivo y la calidad de imagen. En algunas situaciones, como cuando hay poca luz o la escena es compleja, el tamaño del archivo puede ser bastante grande y, por lo tanto, usar más ancho de banda y espacio de almacenamiento.
Al no haber dependencia alguna entre los fotogramas de Motion JPEG, un vídeo Motion JPEG es resistente, lo que significa que si falla un fotograma durante la transmisión, el resto del vídeo no se verá afectado.
Motion JPEG es un estándar que no requiere licencia. Tiene una amplia compatibilidad y su uso es muy habitual en aplicaciones donde se requieren fotogramas individuales en una secuencia de vídeo—por ejemplo, para el análisis—y donde se utiliza una frecuencia de imagen de 5 fotogramas por segundo o inferior.
Sin embargo, el principal inconveniente de Motion JPEG es que no utiliza ninguna técnica de compresión de vídeo para reducir datos, ya que consiste en una serie de imágenes fijas y completas. El resultado es una frecuencia de bits relativamente alta o una relación de compresión baja para la calidad proporcionada, en comparación con estándares de compresión de vídeo como MPEG-4 y H.264.

MPEG-4

Cuando se menciona MPEG-4 en las aplicaciones de videovigilancia, normalmente nos referimos a MPEG-4 Parte 2, también conocido como MPEG-4 Visual. Como todos los estándares MPEG (Moving Picture Experts Group), requiere una licencia, es decir, los usuarios deben pagar una tasa de licencia por cada estación de supervisión. MPEG-4 es compatible con aplicaciones de ancho de banda reducido y aplicaciones que requieren imágenes de alta calidad, sin limitaciones de frecuencia de imagen y con un ancho de banda virtualmente ilimitado.

H.264

El H.264, también conocido como MPEG-4 Parte 10/AVC para Codificación de Vídeo Avanzada, es el estándar MPEG más actual para la codificación de vídeo. Se espera que el H.264 se convierta en la alternativa de estándar en los próximos años. Ello se debe a que, sin comprometer la calidad de la imagen, un codificador H.264 puede reducir el tamaño de un archivo de vídeo digital en más de un 80% si se compara con el formato Motion JPEG, y hasta un 50% más en comparación con el estándar MPEG-4. Esto significa que se requiere menos ancho de banda y espacio de almacenamiento para los archivos de vídeo. O, visto de otra manera, se puede lograr mayor calidad de imagen de vídeo para una frecuencia de bits determinada.
En el sector de la videovigilancia, H.264 encontrará su mayor utilidad en aplicaciones donde se necesiten velocidades y resoluciones altas, como en la vigilancia de autopistas, aeropuertos y casinos, lugares donde por regla general se usa una velocidad de 30/25 (NTSC/PAL) imágenes por segundo. Es aquí donde las ventajas económicas de un ancho de banda y un almacenamiento reducidos se harán sentir de forma más clara.
Se espera que H.264 acelere también la adopción de cámaras megapíxel, ya que con esta eficiente tecnología de compresión se pueden reducir los archivos de gran tamaño y las frecuencias de bits sin que la calidad de la imagen se vea afectada. En cualquier caso, tiene sus exigencias: aunque H.264 permite ahorrar en costes de ancho de banda y almacenamiento, también necesita cámaras de red y estaciones de control de mejor rendimiento.
Este perfil es el ideal para cámaras de red y codificadores de vídeo, ya que la latencia se reduce gracias a la ausencia de fotogramas B. La latencia baja es esencial en aplicaciones de videovigilancia donde se realice supervisión en directo, sobre todo si se emplean cámaras PTZ o domos PTZ.

TV digital, caracteristicas y diferencias

Televisión de Alta Definición, TV Digital, diferencias, similitudes y como elegir un televisor con la tecnología adecuada.
TELEVISIÓN DIGITAL (TVD, DTV) Es televisión transmitida en un formato digital, en contraste con la televisión estándar, que se codifica de manera analógica. Los datos, al igual cómo sucede en las comunicaciones por Internet, van en un formato binario, de ceros y unos, lo que potencia la calidad de la señal, evitando interferencias o fallas de transmisión. Además, facilita la interactividad con el televidente.
Técnicamente, usa un ancho de banda menor que las transmisiones normales, por lo que se pueden tener entre 4 y 10 (calidad estándar actual) canales o 1 ó 2 canales digitales HD en el espacio que antes usaba uno. Puede ser por cable, satelital o televisión digital terrestre (TVD-T). Para ello se requiere un televisor que pueda recibir en formato digital o un televisor estándar más un decodificador externo, este último caso es el más común en TV-Cable y Satelital porque las señales además de estar en formato digital está protegida por seguridad.
TELEVISIÓN DIGITAL TERRESTRE (TVD-T)
El principal problema de la televisión analógica es que no saca partido al hecho de que en la mayoría de los casos, las señales de vídeo varían muy poco al pasar de un elemento de imagen (píxel) a los contiguos, o por lo menos existe una dependencia entre ellos. En pocas palabras, se derrocha espectro electromagnético.
Es TVD que se transmite a través del espectro electromagnético, al igual que la televisión analógica estándar, pero aumentando la cantidad de canales dentro de una misma frecuencia. Esto permite, por ejemplo, que en la frecuencia 5 vayan varios canales con formato digital o un canal de Televisión de Alta Definición.
Los experimentos que se han hecho en Chile de TVD-T han apostado, antes que la interactividad, por la posibilidad de transmitir señales de HDTV. TELEVISIÓN DE ALTA DEFINICIÓN (HDTV) Con una calidad audiovisual que supera la de un DVD tradicional, la TV de Alta Definición ofrece una claridad y calidad que hacen la experiencia de ver televisión algo mucho más placentero, aprovechando el formato de los grandes televisores de una manera justificada.
En términos técnico, existe un consenso en reconocer como HDTV cuando una pantalla tiene al menos 1080 o más líneas activas (en contraste con las 48o de la TV estándar) y generalmente de forma más bien alargada, como sucede en el cine.
Para ver HDTV es necesario tener un televisor que permita HDTV, las tecnologías más ampliamente usadas son plasma y LCD, que sea HD Ready o que soporte HDTV. Es importante tener claro que no todas las pantallas de Plasma y LCD permiten HDTV. La HDTV lleva una cantidad de información entre 2 y 5 veces más detallada de lo que acostumbramos.
Además, incorpora la posibilidad de llevar un canal de sonido envolvente Dolby (las características del sonido son independiente de la calidad del video, existe opción de sonido envolvente también en TV-Digital de calidad estándar e incluso en analógico.
Las capacidades del audio en la TV-Digital estándar y en TV-Digital HDTV son similares). HD READY
Es una etiqueta que marca un estándar para los equipos que permiten ver TV de Alta Definición, tales como televisores, pantallas de plasma, LCD, proyectores, retropro-yectores y monitores.
Para recibir transmisiones de HDTV se puede usar un sintonizador de Alta Definición, llamado Set Top Box (similar al D-BOX de VTR, pero adecuado a estas transmisiones) o también puede verse en un equipo que tenga el sintonizador integrado.
A veces se generan confusiones porque distintos proveedores interpretan de distinta forma este término. Incluso existen algunos que claman ser HD Ready soportando como máximo 720 líneas.
SET TOP BOX
Es un decodificador que permite convertir una señal de contenido digital en información compatible con nuestro televisor. Por ejemplo, el D-BOX de VTR permite ver en una televisión analógica una señal digital, con guías interactivas, Salas de Cine, etc.

Características de la TV digital por Desarrollo —
En términos simples, la televisión digital terrestre (TDT) es una plataforma que permite optimizar la transmisión de datos, dando la posibilidad de hacer pasar muchos más canales de televisión por donde antes pasaba uno.
La TDT requiere un quinto menos de ancho de banda para transmitir un canal de resolución equivalente a la actual televisión analógica. Además, no es necesario dejar canales desocupados entre una y otra señal, debido a que se producen menos interferencias.

Pero no sólo aumenta la eficiencia en el uso del espectro radioeléctrico, sino que mejora la calidad de imagen y del sonido, entre otras posibilidades.

Esta tecnología comenzó a desarrollarse a fines de los 60 en Japón y hoy día su uso se ha extendido a Estados Unidos, Europa y algunos países latinoamericanos como Brasil y México. Su revolución sólo se compara con el paso de la televisión blanco y negro a color en 1953.

En Chile, la televisión digital ya existe a través de servicios de satélite y cable.
Conviene mencionar que la señal digital no es más robusta que la analógica, es decir, no es más resistente a posibles interferencias.
Ambas son señales electromagnéticas, de la misma naturaleza, y susceptibles de ser distorsionadas por campos eléctricos o magnéticos, por las condiciones meteorológicas, etc. La diferencia, como se ha expuesto, radica en la manera de codificar la información.
La codificación digital sigue algoritmos lógicos que permiten posteriormente identificar y corregir errores.